«María Mateos Nieto se jubiló a inicios de la década de los 80. Fue compañera mía en el Acondicionamiento de Lanas de Béjar desde el año 1973. Ella ya estaba trabajando en la empresa cuando yo comencé. Era la encargada de un equipo de tres mujeres, de quienes tengo muy grato recuerdo, cuya tarea consistía principalmente en el secado de pruebas de lana (lavada o peinada) para establecer su nivel de humedad en los aparatos de acondicionar que se ven en las fotos. Para ello se extraían muestras de los distintos bultos de envasado de la lana; luego ellas los pesaban con precisión hasta que los aparatos indicaban el límite de pérdida de la humedad, que se aplicaba matemáticamente a toda la partida y que servía para establecer su peso legal. Este peso era vinculante tanto para el vendedor (comerciante lanero) como para el comprador (fabricante de tejidos). Era un trabajo rutinario como casi todos los procesos textiles de Béjar, pero que requería de atención y control.
En esta empresa auxiliar del textil solo llegamos a trabajar simultáneamente siete personas como máximo (tres mujeres y cuatro hombres) y recuerdo que el trato y la colaboración entre todos era muy buena. Este establecimiento cerró sus puertas como tantos otros del sector en crisis en el año 1994.
Quiero hacer mi pequeño homenaje a esta trabajadora, así como a tantas otras que ejercieron ese papel transcendental de las mujeres en la industria textil y en Béjar concretamente».
Juan Santos López