«Trabajábamos 12 horas y apenas quedaba tiempo para el descanso. Hubo huelgas para conseguir mejoras y en muchos casos se lograron, aunque no todos las secundaban. Había trabajo, vida y desarrollo, todo en Béjar estaba muy concurrido: bares, tiendas, cines, etc.»
Antonio Hinojal Pérez, nacido el 13 de junio de 1955.
«Trabajé durante 35 años en calidad de auxiliar administrativo en Textil Navazo, S.A.
Recuerdo cuando me incorporé al textil, entonces en las fábricas bejaranas había miles de obreros empleados en este sector. Desde hora temprana, las calles hervían de gente que acudía a las fábricas. Las sirenas se oían por todas partes, los de los pueblos bajábamos en grupos, andando, hablando de todo y de nada, ilusionados con meter en casa unos dineros necesarios y soñando con días libres para disfrutarlo con amigos y con la esperanza de encontrar una novia guapa, tal vez en los bailes festivos. Se hacían 12 horas y apenas quedaba tiempo para el descanso.
Siendo niños, llevábamos la comida del medio día a nuestros padres o hermanos mayores en cestas de mimbre, que muchas veces ellos compartían con nosotros.
Hubo huelgas para conseguir mejoras y en muchos casos se lograron, aunque no todos las secundaron. Había trabajo, vida y desarrollo, los bares, las tiendas, los cines…todo estaba muy concurrido. Ahora sentimos nostalgia de aquellos tiempos porque a pesar de que fueron difíciles, nos permitieron vivir decentemente en el pueblo que nos vio nacer.
Nunca olvidaré el día en que murió en accidente Don Ramón Olleros, su pérdida fue muy negativa para Béjar.
El día más importante de mi vida profesional fue cuando cerraron mi fábrica y nos ubicaron en otra diferente, con energía solar, pero seguía teniendo mi jornal asegurado.
El momento más triste fue cuando mi padre tuvo un grave accidente y el más alegre cuando mi padre se recuperó.
Cuando pienso en el textil se me vienen a la cabeza los olores de los procesos químicos, el traqueteo monótono de las máquinas, las sirenas anunciando las entradas o salidas del trabajo y el grupo de compañeros y amigos que allí tuve y aún conservo.»